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miércoles, 15 de septiembre de 2010

Capítulo XXI: Tomar conciencia

Han transcurrido 13 días del mes de setiembre, al normalizarse mi vida, creo haber tomado conciencia que esta enfermedad va a acompañarme el resto de mi vida, en forma callada, solapada y hasta traidora intentará darme siempre una estocada, pero mi voluntad y energía no le permitirán hacerme daño, creo más que nunca que puedo vencerla, no debo permitirle que avance, para ello es vital que no disminuyan mis fuerzas, no debo ceder al estrés, por ejemplo, debo redimensionar los tiempos que dedico a cada una de mis actividades, mi trabajo no debe preocuparme ni ocupar más que las 8 horas diarias. No debo dejar que los sinsabores me afecten, aún cuando ocurran situaciones de presión, debo pensar fríamente que no deben afectar mi estado mental o físico, esto dicho tan sencillamente no es muy fácil de aplicar, tiene que ver con mis 32 años de dedicación a pleno, años de hacer todo tipo de tareas, accediendo a innumerables pedidos sin analizar que me correspondieran o no por mi funciones, es algo que me resulta imposible de evitar, nunca puedo decir que no a una solicitud de trabajo, disfruto poder ser de utilidad, así pues he realizado todo tipo de tareas, administración de bases de datos, que es mi obligación de acuerdo a mis funciones, diseño gráfico (éstas son las actividades que realizo con mayor agrado, las considero muy creativas y me representan un desafío permanentemente), dictado de cursos, soporte a usuarios en Bases de Datos e inclusive en herramientas de oficina (increíble pero muchos expertos informáticos no saben usar software relacionado a la ofimática), lo cierto es que jamás he dicho que no a alguna tarea requerida implicando muchas veces tener que permanecer más allá de mi horario de la jornada habitual, así como someterme a presiones por tiempo y por dificultades propias de algunas tareas. De alguna forma debo tratar de no involucrarme en obligaciones que no me correspondan, o al menos asegurarme que me den mayores plazos para poder cumplirlas, todas las solicitudes son para ayer.
Además de mi trabajo se me ha complicado un tanto mi vida, por la salud de mi madre, sus 92 años le están pasando factura a su cuerpo, pero también aumentó el tiempo que necesito dedicarle, siento que regresó el período similar al de mi juventud, con dos niños a cargo, dónde las horas de sueños se veían siempre suspendidas, en este momento debo asistir a mi madre ya que ha dejado de ser independiente en casi todas las situaciones, obligándome a cuidarla en todo momento, sus movimientos se ven sumamente dificultados, corriendo peligro de caídas que implicarían daños irreversibles.
El esfuerzo que debo hacer me provoca cansancio físico, pero fundamentalmente el miedo a enfrentar su muerte me altera sobremanera, no creo que pueda estar preparada a pesar que permanentemente me digo que debo sentir cierta resignación ante lo inevitable, de cualquier manera, pienso que afrontarlo no debe ser fácil para nadie.
El escribir esto me hace dar cuenta de cuantos temas no tenemos realmente resueltos en nuestra vida.
Casualmente hoy a la salida de mi trabajo tengo turno con el oncólogo que me trata, Dr. Blajman, parece increíble que hayan pasado dos meses desde mi última consulta, cada control me trae las dudas y temores del fantasma de la recidiva o recurrencia, o como quieran llamarla los expertos, lo cierto es que los día previos empiezo a inquietarme muchísimo, no veo la hora de superar este control, tampoco me gusta esto de tener que superar cada dos o tres meses esta prueba, sufro muchísimo hasta el momento en que hablo con él, pero su optimismo me contagia, hoy espero que conteste mis dudas, está en deuda conmigo, creo que es una estrategia la suya de no darme datos concretos de estadísticas, insistiré, me lo debe.
En definitiva, luego de “colocar” a mi madre en casa de mi hermano, para ello debí recorrer la ciudad de norte a sur, llegué al Instituto del Dr. Blajman, retiré mis análisis, los valores eran perfectos, salvo un poco elevada la fosfatasa alcalina, producto de haber tomado fluconazol, una droga prescripta para una lesión en la piel de mi hombro, que me provocaba prurito. Al aguardar en la sala me enteré que mi buen doctor se había retirado recientemente, luego de atender a pacientes que lo visitan por primera vez, lo que implicaba que volvería en una hora aproximadamente.
Mientras aguardaba pude avanzar con la lectura de Andamios de Mario Benedetti, narra los encuentros y desencuentros de Javier Montes, que tras doce años de exilio, regresa a Montevideo con sus nostalgias, prejuicios y soledades. Ese personaje va construyendo esos andamios que le permiten crear un mundo nuevo en el que caben todas sus esperanza, tiene interesante diálogos, si bien no me atrapó completamente, me pareció un relato muy sentido e imaginé que tiene mucho de autobiográfico, por lo sincero y realista que es cada relato. En esta etapa de mi vida no me siento con deseos de revivir situaciones dramáticas de los seres humanos y su entorno, pero reconozco que se deja leer.
En la sala de espera conversé con dos mujeres que casualmente hicieron recidivas de sus tumores de mama. Como siempre algunos impacientes pierden los estribos por la larga espera y otras defienden al Dr. diciendo que si no quieren soportar la espera pueden elegir otro profesional. Una de estas personas había sido atendida por una de las doctoras del Instituto, concurrió preocupada porque sentía un nódulo, la doctora le dijo que era la costilla, ella no quedó conforme y visitó al gran César, quien le descubrió un nódulo muy grande, recidiva de su enfermedad. Si había llegado preocupada por este tema imaginen como me sentía luego de los testimonios escuchados.
Cuando me atendió, muy amablemente me volvió a decir que estaba fantástica, me preguntó si continuaba bajando de peso, miró mis análisis, tomando nota de todo, me hizo la revisación de rigor, como le costó entrar en el espacio entre la camilla y la pared no pude sustraerme y le dije que a medida que yo perdía kilos, un oncólogo que conocía, los ganaba. Me dijo que no era cierto, que estaba haciendo un régimen, que había bajado de peso. Me pidió que me hiciera una mamografía y se la llevara cuanto antes, ofendido aún, me recordó que yo le había regalado un libro y ahora lo agredía. Me hizo sentir culpa, le pedí perdón diciéndole que lo mío era producto de cierto egoísmo, que quería que viviera 100 años y para ello debía adelgazar, creo que este comentario no mejoró la situación. Hasta hoy no me perdono haberlo ofendido.
Le pregunté si el resultado de la mamografía se lo podía llevar en dos o tres meses, pero me explicó que debía verlo en octubre para no extrañarlo tanto... Esto me preocupó un poco, insistí que quería saber datos, me señaló que era imposible hacer pronósticos. Que no me podía decir si tendría metástasis en hueso, pulmón o hígado, que lo dejara en sus manos. Por supuesto en esta ocasión no fue nada tranquilizante, mi estado de ansiedad permanecería hasta tener los resultados. Ante mi insistencia me dijo que transcurrido tres años tendríamos cierta certeza de no recidiva.
Tres años, parece tantísimo tiempo …
Me despedí de mi estimado doctor pensando en que pronto lo vería de nuevo, deseando que fuera con menos grado de ansiedad, preocupación y que para entonces él olvide mi inapropiado comentario sobre su peso.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Capítulo XIX: Casos increíbles

En la sala de espera, si bien llevo un libro para pasar las horas y tratar de no involucrarme con los pacientes que en la mayoría de los casos presentan enfermedades muy graves, quizás sea egoísmo, pero me afectan profundamente sobre todo si se trata de personas jóvenes que aún no han vivido lo suficiente como para tener que estar afrontando tantas dificultades, es inevitable escuchar algunos casos que podemos considerar asombrosos.
A veces se da la charla, como me ocurrió con una mujer de unos 69 años, que me decía que el Dr. Blajman tenía a veces un pésimo humor, que en una oportunidad le levantó la voz, haciéndola llorar, se ofendió y decidió ir a otro oncólogo, al tiempo se dio cuenta que no había sido buena idea y regreso a él, me dijo .. cual perro arrepentido. En principio a ella se le inflamó un ganglio debajo del brazo, fue a un médico que le medicó antiinflamatorios, durante muuucho tiempo, descartando otras enfermedades. El ganglio tenía gran dimensión, pero ella estaba muy tranquila y confiada. Una amiga la invita a ir del padre Ignacio, quien al verla le da una medallita tocando su axila, le dice que tiene cáncer, muy sorprendida y llorando retorna a Santa Fe decidida a ver otro profesional. Luego la Dra. Felagio la opera y le dice que es cáncer del sistema linfático, sufre una angustia horrible, a los pocos días el anatomo-patólogo le avisa que para él no es linfático sino cáncer de mama, cosa que por otra parte era visible en la mamografía pero que la Dra. no había considerado. Según ella esta doctora dice que opera pero el que interviene es otro profesional, el Dr. Gastaldo, que a ella su familia la vio muy producida, llena de joyas y al otro médico lo vieron totalmente transpirado en el momento posterior a la cirugía. Luego de esto decide ir a ver al Dr. Blajman, quien al ver los estudios le asegura que se trataba de cáncer de mama, que su experiencia era concluyente, le hace QT y luego de 7 años la Sra. está en perfecto estado. Aún luego de este testimonio, me cuesta creer en el padre Ignacio, pienso que tiene un gran poder de observación, mucha experiencia y habrá signos que observa en las personas, que le permiten deducir las enfermedades, de cualquier forma creo que si las personas creen en él, esa fe les ayudará a tener mejor ánimo para afrontar sus crueles padecimientos. Me preocuparía que por sus creencias las personas dejaran de tratarse con la medicina tradicional. Fomentar eso es sencillamente criminal.
Otro caso sorprendente: Mientras aguardaba en la sala de Radioterapia conversé con una mujer, me contó con alegría que ya había pasado la QT, me relató que el óncologo que la atendía en Rafaela le negaba rotundamente que los síntomas como prurito, ampollas, dolor de huesos, descompostura general fueran producto de las drogas, sostenía que no tenían nada que ver con su tratamiento, esta mujer se daba cuenta que le mentía, pero no salía de su asombro, yo no comprendo que estrategia usaba ese profesional para engañar de esa manera a una paciente y que fin perseguía, ante casos así pienso que debió existir alguna razón lógica para engañarla, pero imagino el desconcierto de esa mujer imaginando que extrañas enfermedades la estaban persiguiendo.
Y otro: Una paciente con la que compartimos las sesiones de radioterapia me contó que ella se hacía los controles de rutina cuando le detectaron en el 2009 un tumor de 1,2 cm en su mama, fue a Rosario para una segunda consulta y el especialista de allí, Dr. Alvarado Gardiol le pidió los estudios anteriores, del 2008 y le señaló que ya en esa mamografía tenía el tumor, ella no podía entender como los tres expertos que vieron los estudios no detectaron el cáncer y en cambio el Dr. de más de 80 años de Rosario fue capaz de observarlo, me decía que quedó perpleja y le recorrió un frío en todo el cuerpo cuando éste le señaló la imagen. Seguidamente fue al instituto de Blajman para hacer la QT, la atendió la Dra. Roxana quien le aconsejó una QT suave , pero ella le dijo que tenía tres hijos que criar y que no pensaba morir, que quería la QT más fuerte, según sus conocimientos, me decía, la más suave no evita recidivas, la Dra. consultó con el Dr. Blajman quien determinó que le hicieran la más fuerte. Me sorprendió su fortaleza y convicción cuando me decía que no pensaba morir por unos 15 años, al menos hasta que sus hijos ya fueran adultos, me pareció una madraza en todo el sentido de la palabra.

lunes, 6 de septiembre de 2010

Capítulo XVIII: Retorno a mis actividades laborales

El 20 de agosto debí retomar mis actividades laborales, interrumpidas el 12 de noviembre del año anterior, es decir, luego de 9 meses de licencia médica, casualmente coincidente con el período de un embarazo, decidí retomar mis tareas a pesar de los insistentes consejos de mis compañeras que me instaban a que me tome más licencia, Grace me mando un mensaje el día anterior con este texto: “no es el mejor momento para volver”. A pesar de ello ya había tomado mi decisión y sentía que si dejaba pasar tiempo me costaría más el retorno.
A pesar de los consejos, el día viernes 20, a las 6 de la mañana estuve presente en mi lugar de trabajo. Reconozco que me sentía un tanto extraña, a medida que llegaba al cuarto piso, me encontraba con compañeros que se retiraban luego de haber cumplido el turno noche, me saludaban con efusivos abrazos y palabras de bienvenida, en mi Departamento estaba Mingo y Claudio. Me instalé en mi escritorio que no había sido modificado en absoluto, lo primero que hice fue dedicarme a hacer una profunda limpieza, tirando papeles y elementos que estaban de más. Esta tarea me llevó casi toda la mañana. Me reencontré con mis compañerosjavascript:void(0) quienes me informaron que el día anterior fueron notificados de dos documentos, el primero por el que sancionaban a mi jefe y a dos compañeros, Claudio y Fito, por incumplimiento en sus labores, según me decían, estaban desarrollando un sistema para la Policía y debían entregarlo en Noviembre, reiteradamente solicitaron más personal para el análisis y desarrollo del mismo, pero los funcionarios hicieron caso omiso, de cualquier manera, habían trabajado denodadamente para lograr avanzar y si bien la fecha de entrega era noviembre fueron sancionados en agosto, el apercibimiento quedaría en sus legajos. El segundo notición y que desnuda la razón de los apercibimientos, fue un decreto por el que mi jefe perdía la subrogancia que tuvo por 16 años, descendiéndolo a su categoría de revista como Administrador de Bases de Datos, disponiendo en el mismo decreto la división del Departamento en dos, Desarrollo por un lado y Bases de Datos por otro. Según mis funciones yo pertenezco al sector de Bases de Datos, pero mi nombre no figura en el Decreto, por lo tanto quedo en los papeles en Desarrollo e Implementación. Dado mi profundo convencimiento que el estrés no favorece mi salud, no haré ningún intento para que corrijan esto, simplemente dejaré que hagan lo que quieran, en desarrollo puedo dedicarme al Diseño Gráfico, tarea para la que estudié una carrera en la Facultad de Recursos Hídricos y me resulta muy gratificante. Les digo a mis compañeros que estoy en la situación ideal, si Molle me pide trabajos como SDBA le señalo que no estoy incluida en el decreto y si el otro jefe, Alberto, me solicitara algún trabajo le digo que soy SDBA y así sucesiva y caraduramente, ja, ja, ja.
Por otro lado me sentí cómoda cumpliendo las 8 horas diarias y pude organizarme bien con el cuidado de mi madre y las tareas de mi casa, con la ayuda de mis maravillosos hijos, Mar y Mau.
Al salir del trabajo me voy a caminar a la Costanera, me hace sentir muy bien, me despeja y ayuda a aclarar mis ideas, se lo recomiendo a todos, es económico y saludable.
Como debo seguir trabajando unos 6 años más lo mejor que puedo hacer es tomar con serenidad y calma todos los problemas que surjan, dificultades técnica, gremiales, políticas, etc.
De aquí en más, respecto a mi enfermedad debo llevar una agenda con los controles, análisis, radiografías y mantenimiento del catéter necesarios, si todo va bien, imagino que éstos se irán haciendo más espaciados, eso espero. Cada semana debo hacer algo relacionado a mi enfermedad, respecto al catéter, lo debo tener por cinco años, entiendo que luego debe ser extraído, la razón de mantenerlo es que si necesitara una nueva Quimioterapia, lo volvería a utilizar, es una contradicción un tanto molesta, según me dice el oncólogo que me trata, Dr. Blajman, no volveré a tener problemas (según sus deseos, imagino) pero por las dudas debo mantener el catéter en condiciones inyectándome heparina cada 45 días, precisamente hoy me toca hacerlo, saldré del trabajo unos minutos para cumplimentar esto. Además de esto mi vida transcurre normalmente, tengo una carga infinita de optimismo y tranquilidad.

viernes, 3 de septiembre de 2010

Capítulo XVII: Reunión de reencuentro con mis amigos

En oportunidad de hablar a mi trabajo con el Departamento que maneja las cuestiones de Recursos Humanos, conversando con la Jefa de Personal, Graciela, me sugiere que sería muy lindo que nos juntáramos algunas viejas amigas del entorno laboral, (no se debe interpretar mal, no dije amigas viejas) lo cierto es que me alegró su propuesta y accedí a participar de la reunión con mucho gusto.
A los pocos días me llama para confirmarme fecha y lugar, se llevaría a cabo el viernes 6 de agosto en un lugar llamado Costa Litoral, recibí varios llamados y mensajes de muchas amigas para confirmar que fuera, lo que me hizo sospechar que la reunión había adquirido cierta trascendencia y ganado importancia.
Ese día partí con mucho ánimo a buscar a Grace, para llegar al sitio previsto. Gratísima y emocionante fue mi sorpresa al ver tanta gente que aprecio sinceramente, participamos casi 30 personas, algunas recientemente jubiladas, otras ex compañeras que trabajan en diferentes lugares, todas vinculadas al mundo de la informática, mi primer y segundo jefe, fue una reunión muy amena y conmocionante para mí. Todos elogiaban mi condición, los kilos perdidos, el cabello corto, lo primero que me dijo Edgardo, mi jefe, fue que parecía María Marta Serra Lima por el corte de pelo, creo que me gustó más que lo dicho por mi hija, que me llamaba la Raulito. Pasamos muchas horas muy amenas y creo que todos estábamos emocionados por vernos, recordando momentos de únicos e inolvidables de con anécdotas e historias que compartimos: Me pareció muy halagador que la reunión me tuviera como excusa para unirnos en tan grato momento, incluso los que faltaron me mandaron sus cariños y explicaciones de su ausencia, Fernando el más joven del grupo paso con su bella esposa para estar un ratito juntos. Me hicieron un presente precioso, tres plantas muy bonitas, dos begonias y una estrella federal, me propuse cuidarlas y atenderlas para que mantengan mucho tiempo sus hermosas flores. Por suerte pude demostrar mi felicidad entregando un pequeño y humilde pero sentido presente a todos mis amigos, les obsequié una lapicera con una poesía:
Me sirve no me sirve (Mario Benedetti)
La esperanza tan dulce
tan pulida tan triste
la promesa tan leve
no me sirve
no me sirve tan mansa
la esperanza
la rabia tan sumisa
tan débil tan humilde
el furor tan prudente
no me sirve
no me sirve tan sabia
tanta rabia
el grito tan exacto
si el tiempo lo permite
alarido tan pulcro
no me sirve
no me sirve tan bueno
tanto trueno
el coraje tan dócil
la bravura tan chirle
la intrepidez tan lenta
no me sirve
no me sirve tan fría
la osadía
si me sirve la vida
que es vida hasta morirse
el corazón alerta
si me sirve
me sirve cuando avanza
la confianza
me sirve tu mirada
que es generosa y firme
y tu silencio franco
si me sirve
me sirve la medida
de tu vida
me sirve tu futuro
que es un presente libre
y tu lucha de siempre
si me sirve
me sirve tu batalla
sin medalla
me sirve la modestia
de tu orgullo posible
y tu mano segura
si me sirve
me sirve tu sendero
amigo, compañero

Otras poesías que me gustan mucho del autor uruguayo:
Credo (Mario Benedetti)
De pronto uno se aleja de las imágenes queridas amiga
quedas frágil en el horizonte
te he dejado pensando en muchas cosas
pero ojalá pienses un poco en mi
vos sabés
en esta excursión a la muerte que es la vida
me siento bien acompañado
me siento casi con respuestas
cuando puedo imaginar que allá lejos
quizá creas en mi credo antes de dormirte
o te cruces conmigo en los pasillos del sueño
está demás decirte que a esta altura
no creo en predicadores ni en generales
ni en las nalgas de miss universo
ni en el arrepentimiento de los verdugos
ni en el catecismo del confort
ni en el flaco perdón de dios
a esta altura del partido
creo en los ojos y las manos del pueblo
en general
y en tus ojos y tus manos
en particular.

La gente que me gusta (Mario Benedetti)
Me gusta la gente que vibra, que no hay que empujarla, que no hay que decirle que haga las cosas, sino que sabe lo que hay que hacer y que lo hace.
La gente que cultiva sus sueños hasta que esos sueños se apoderan de su propia realidad.
Me gusta la gente con capacidad para asumir las consecuencias de sus acciones, la gente que arriesga lo cierto por lo incierto para ir detrás de un sueño, quien se permite, huir de los consejos sensatos dejando las soluciones en manos de nuestro padre Dios.
Me gusta la gente que es justa con su gente y consigo misma, la gente que agradece el nuevo día, las cosas buenas que existen en su vida, que vive cada hora con buen ánimo dando lo mejor de si, agradecido de estar vivo, de poder regalar sonrisas, de ofrecer sus manos y ayudar generosamente sin esperar nada a cambio.
Me gusta la gente capaz de criticarme constructivamente y de frente, pero sin lastimarme ni herirme.
La gente que tiene tacto.
Me gusta la gente que posee sentido de la justicia.
A éstos los llamo mis amigos.
Me gusta la gente que sabe la importancia de la alegría y la predica.
La gente que mediante bromas nos enseña a concebir la vida con humor.
La gente que nunca deja de ser aniñada.
Me gusta la gente que con su energía contagia.
Me gusta la gente sincera y franca, capaz de oponerse con argumentos razonables a las decisiones de cualquiera.
Me gusta la gente fiel y persistente, que no desfallece cuando de alcanzar objetivos e ideas se trata.
Me gusta la gente de criterio, la que no se avergüenza en reconocer que se equivocó o que no sabe algo.
La gente que, al aceptar sus errores, se esfuerza genuinamente por no volver a cometerlos.
La gente que lucha contra adversidades.
Me gusta la gente que busca soluciones.
Me gusta la gente que piensa y medita internamente.
La gente que valora a sus semejantes no por un estereotipo social ni como lucen.
La gente que no juzga ni deja que otros juzguen.
Me gusta la gente que tiene personalidad.
Me gusta la gente capaz de entender que el mayor error del ser humano es intentar sacarse de la cabeza aquello que no sale del corazón.
Con gente como ésa, me comprometo para lo que sea por el resto de mi vida, ya que por tenerlos junto a mi me doy por bien retribuido.

Que placer me da compartir estas palabras tan bellas y sentidas!!.

jueves, 2 de septiembre de 2010

Capítulo XVI: Final del tratamiento

Una vez concluido el tratamiento de radioterapia, debí visitar a mi oncólogo titular, me refiero al Dr. Blajman, había sacado turno para el día 27 de julio, pero unos días antes me lo pasaron al día 26 debido a que el Dr. debía ausentarse de la ciudad, por una información publicada en la web sospeché que concurriría a la 4ta. Conferencia de Cáncer de Pulmón, siempre es alentador para los pacientes que los profesionales participen de jornadas de capacitación, vinculadas a enfermedades sobre las que la ciencia hace permanentes descubrimientos, sería lamentable que teniendo una especialidad tan delicada no se actualizara y por eso es, posiblemente, un profesional tan reconocido y valorado en el ambiente.
Lo cierto que el mismo día que mi hermano Cardo cumplía años, debí visitar a este Dr., si bien tenía turno a las 16 hs, debía sospechar que pasaría la tarde aguardándolo, con paciencia me armé de un libro para leer en la sala de espera, así fue que a eso de las 19 hs. me hizo pasar, pero como siempre estando dentro del consultorio, debí continuar aguardando por más de una hora para que me atienda, el celular del Dr. ardía de llamadas, pacientes que le hacían consultas, a todos le explicaba que viajaría esa noche, finalmente pudo atenderme, como siempre muy amable y gentil, se sorprendió de verme con mucho menos peso, tomó nota de mi peso, en rojo lo remarcó diciéndome que lo señalaba especialmente, me dijo que yo había realizado muy bien las cosas, felicitándome, en realidad creo que no tenía otra opción, luego de algunas bromas me hizo la revisión de rutina, palpando ganglios y mamas. Le solicité que responda algunas dudas que tenía, como siempre me señaló que lo haría con gusto, hace tiempo que me preocupa saber datos estadísticos de recidivas o metástasis para casos parecidos al mío en cuanto a edad, antecedentes, dimensión del tumor, axila negativa, etc. Lamentablemente su idea es que es mejor que no me preocupe por eso, no quiso darme las estadísticas que yo buscaba, me aconsejó que no busque en internet, que no me servían de nada, le manifesté que no me convencía, que yo creía que era necesario saber, me dijo que yo era muy “pensativa”, creo que quiso decir otra cosa, me indicó que él me haría los controles que son protocolares cada tres meses, que incluso no era necesario que viera al oncólogo radioterapeuta, que él seguiría mi caso, que está todo controlado. Si bien confío en él, de manera casi obsesiva, presumo que mi mente no quedará tan tranquila como quisiera, hay algo que escapa a mi racionalidad, deseo saber al menos cuales son las chances, según las probabilidades, de hacer recidivas. Intentaré en la consulta de setiembre reiterar mis inquietudes, estoy seguro que si hay alguien con capacidad para contestarme con cierta veracidad por conocimiento y experiencia, es él. Luego de hacerme la orden para análisis con fecha setiembre, se despidió como siempre con mucho afecto, le dije que antes de salir debía abrigarme y saqué de mi bolso un gorro de color rojo intenso con un borde negro, al verlo se sintió conmovido, graciosamente me dijo que esos colores lo motivaban, eran los colores del club del cual es fanático, lamenté no poder regalárselo porque era muy caro a mis sentimientos ya que lo había tejido mi hija Mar. Me sentí un poquito incómoda con esa situación finalmente me despedí con el compromiso de vernos en el control de setiembre.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Capítulo XV: Primer Aniversario del mal, continuando con la radioterapia

Llegado el 8 de Junio, ha transcurrido un año desde que me detectara el tumor e iniciara este proceso, estas páginas que escribo me dan la pauta que he dedicado un año de mi vida a esto, pero no estoy arrepentida, he realizado algunos cambios que me agradan y ayudan a sentirme mucho mejor. Como creo haber mencionado anteriormente, he formulado mis prioridades con otras ideas, disfruto de la compañía de mis amistades, me reúno con quienes aprecio, escucho música, veo cine, incluso me hago tiempo para el teatro que siempre he dejado de lado, me agrada caminar todos los días por la costanera, es reconfortante y me ayuda a despejar mi mente, solamente me falta energía para tomar una determinación, creo, la más importante, es una decisión que estoy postergando, aún cuando ya está tomada, me falta concretarla. No escribiré de que se trata, solamente lo podré narrar cuando lo haga efectivo y real.
Estoy en la 5ta sesión de rayos y por suerte va todo bien, creo que no aclaré que debo estar en la zona sur de la ciudad a las 7 de la mañana, yo vivo en el límite norte de la misma, como tengo problemas para conciliar el sueño, me viene bien despertarme antes de las 6 de la mañana, a pesar que son días de intenso frío, lo prefiero así, me rinde más el día para hacer las cosas que quiero. De paso mi madre aún cuando regreso está dormida y no debo llamar a nadie para que la cuide.
He transcurrido ya por 8 sesiones de radioterapia y no tengo síntomas de importancia, al menos no creo poder adjudicarle a los rayos algunas molestias en el estómago, cierto cansancio y trastornos de sueño, creo que son efectos residuales de la QT.
Tampoco puedo adjudicarle a los rayos mi fastidio por el inicio del mundial de fútbol, si bien me gusta este deporte, me atrae el entorno, el césped, el colorido, me entusiasmo cuando un jugador hace jugadas eliminando a su oponente, no soy tan fanática como para ver por TV tantas horas de lo mismo, además me parecen estúpidos muchos de los comentarios de la mayoría de los pseudoperiodistas, como cuando analizaban con toda seriedad que como en 1978 ganó el Oscar a la mejor obra extranjera, una película argentina y la selección de nuestro país ese mismo año ganó el mundial, en el 2010 se repetiría ese doblete, mi mente no entiende que puedan usar tanto espacio de TV y prensa escrita para hacer una deducción tan sin sentido, no le encuentro relación alguna, si un jurado votó por una película muy interesante como podría eso influir para ganar un mundial de fútbol, además si se ganara el mundial sería por méritos de los jugadores y del equipo técnico que selecciona y arma la estrategia del equipo. En realidad durante un mes estaremos expuestos a escuchar tanto disparate, además hay un sinfín de actividades que parecen paralizarse por el mundial, si bien puede ser atractivo para algunas personas, no tiene porque detenerse el mundo para ver rodar una pelota, yo respeto el deporte, pero debe ser tomado como algo recreativo, una diversión, no la única razón de vida y menos otorgarle esa seriedad grandilocuente que acostumbran los medios, hay excepciones, creo que Gonzalo Bonadeo es un poco más sensato, me gustan algunos comentarios, por ejemplo lo ví cuando visitaba una reserva dónde se puede jugar con chitas, tocarlas y acariciarlas, siempre menciona detalles interesantes, que no tienen que ver con el fútbol, como su visita al Museo Nelson Mandela, que fue muy interesante.
Si pudiera soportar estar horas mirando el TV, tomaría nota de todos los disparates que dicen, para documentarlo, pero me parece demasiado sacrificio, me gustaría que alguien lo hiciera y publicara las notas, (que vivilla!!).
De todo lo publicado sobre este deporte tan popular lo más interesante que pude apreciar fue la charla que tuviera Santo Biasatti con Eduardo Galeano, este escritor uruguayo es fanático incondicional del fútbol, escribió entre otras cosas: El fútbol a sol y sombra, como yo lo admiro mucho mantuve mi interés en el programa y para mi sorpresa fue muy agradable, Galeano dio datos que nunca se escuchan en los medios, como ser que Uruguay fue el primer equipo de fútbol que hizo participar a jugadores negros, gracias a uno de ellos ganó un mundial, lo increíble fue que Chile presentó un reclamo porque había participado un negro en el equipo, aduciendo que sería africano, según Galeano su pequeño país, casi despoblado, tiene una trayectoria de triunfos en competencias internacionales de este deporte que ningún país supera. Según su criterio, si a un uruguayo no le gusta este juego deberían sacarle el pasaporte, algo exagerado no?. También aclaró que si bien en equipos como Alemania, Inglaterra participan negros, fuera del fútbol la discriminación sigue existiendo. Relato también sus discusiones con un gran escritor Osvaldo Soriano, también amante del fútbol, que cuando él estaba escribiendo el libro sobre este tema, le insistía en que pusiera que el máximo goleador fue Sanfilippo, jugador de San Lorenzo, del cual era hincha fervoroso, pero en realidad no era un dato objetivo, Galeano le dio ese título a Enrico, Soriano no se perdonaba el no poder convencerlo.
De paso habló de sus maestros Onetti y Benedetti, dos figuras de la literatura uruguaya, mencionado la generosidad de quienes fueron sus maestros. Al morir Mario Benedetti Galeano autor del célebre libro "Las venas abiertas de América Latina", insistió en no querer "palabrear" el dolor y prefirió expresarlo a través del "silencio". "Los amigos lo llevamos dentro", se limitó a añadir el escritor, quien al ser preguntado por los medios locales también manifestó: "¿Qué puedo decir? El dolor se dice callando".
Recordó la importancia del silencio y señaló lo dicho por un amigo,…”lo dicho o escrito solo debe ser si es más importante que el silencio”. Sostuvo que en su caso si consideraba que no lo era lo rompía, al menos tuvo la dignidad de decir quizás no era mejor, pero valía el intentarlo.
Siguiendo con el fútbol aprovecho la oportunidad para mencionar que el Dr. Blajman, el más prestigiosísimo y renombrado médico oncólogo de mi ciudad y zona de influencia, es fanático del Club Colón. En una oportunidad mientras me atendía a las 2 de la mañana, porque había suspendido los turnos del día anterior para viajar a Bs. As. a ver el partido disputado entre Boca y Colón, que saliera cero a cero, me mencionó esto, sin pensar le dije que no comprendía cómo podía ser que una persona tan inteligente sea fanática de algo tan poco interesante, de inmediato me arrepentí de lo dicho, lo cierto es que no tenía ningún derecho a opinar al respecto, él amablemente me explicó que era su forma de desconectarse de los problemas, un cable a tierra, me pareció lógico, solamente que dado los tristes e infelices resultados del Club de sus amores a lo largo de cada campaña, no me imaginaba como le podría significar una descarga, evidentemente este hombre nació para sufrir. En fin, el instinto de conservación de la especie humana se está perdiendo lenta e inexorablemente.
Como anécdota, comento que el viernes el Instituto fue robado por ladrones que ingresaron a las 6 de la mañana, rompiendo un vidrio lateral, como el local tiene alarma solamente se apropiaron de un monitor de la PC de la secretaria, dejaron el resto del equipo, la empresa de seguridad alertó a la policía, pero no se presentó en el lugar en ningún momento, el encargado del local alertado por la empresa llegó cuando los intrusos ya no estaban. Pensaba que yo también pagaba un servicio de alarma y estoy a varios kms. de la seccional de policía, si no concurrieron a este lugar que dista unas pocas cuadras de la seccional, imagino que no hay chances que se acerquen a mi casa si fuera asaltada y me temo que el ruido de la alarma ya no inquieta a ningún ladrón, al parecer ellos saben perfectamente que la policía no se hará presente.
Respecto al tema de la Inseguridad en nuestro país creo que es el resultado de políticas nefastas, de la falta de trabajo y educación, de los programas sociales que entregan dinero a personas saludables sin exigir retribución laboral alguna, lo que destruyó la cultura del trabajo de una manera pavorosa. Luego de haber participado en asociaciones cooperadoras durante más de 20 años, puedo asegurar que la comunidad ha empeorado notablemente en estos aspectos, precisamente trabajé en forma ad-honorem presidiendo la cooperadora de un Jardín de Infantes, hoy oficializado, provincial, de acceso libre y gratuito y luego en el mismo tipo de organización del Centro de Salud de mi barrio, en ambos casos inicié mi gestión sin que tuvieran local propio, alquilando a mi nombre los locales y luego de muchos esfuerzos logramos que el estado provincial aportara lo necesario para la construcción de los edificios, lo que garantizó el futuro de esos organismos. Esta actividad me permitió conocer la comunidad en profundidad y con el correr del tiempo observé con estupor y pesadumbre la degradación de valores como honestidad, amor propio, dignidad, decencia, honradez, son virtudes cuya ausencia impactan notablemente en la calidad de toda la sociedad, generando personas marginales para quienes su vida no tiene valor y por propiedad transitiva, la vida de cada individuo tampoco vale nada, pudiendo ser segada para obtener unas monedas. De paso comento que al igual que renuncié a estudiar en la facultad, decidí renunciar a la Cooperadora, convocando a elecciones y cediendo mi puesto y el de las personas que me acompañaron tantísimos años, a un nuevo grupo de personas que se hicieron cargo de la ONG.
El día lunes 14 de junio luego de rayos, me avisaron que debía verme el médico, es una rutina, una vez por semana a todos los pacientes los debe controlar uno de los tres médicos del Instituto. En mi primer control me atendió el Dr. Marcelo, solamente leyó mi ficha y me comentó que el próximo lunes me pediría análisis, que aún no tenía sentido que me revisara dado el poco tiempo de sesiones que me fueran aplicados. Sin más pasé el primer control, fue como un anticipo.
El martes empecé a sentir alguna molestia en mi pecho, especialmente en el pezón, noté cambios de color y turgencia, también algo de dolor en la mama, como si estuviera algo inflamada, no sé si debe a la radioterapia, mañana lo consultaré con los técnicos, de lo contrario deberé aguardar hasta el lunes próximo que tendré el control con el médico.
Según el técnico los síntomas se deben a la radioterapia exclusivamente. Así es que debo serenarme y pensar positivamente.
Habiendo transcurrido más de la mitad del tratamiento debo decir que me siento muy bien, no se compara con los efectos que produce la QT, si bien los recuentos de globulillos no dan muy bien, no me afecta mucho en mi cuerpo, solo tengo alguna molestia leve en la mama afectada y algo de cansancio. Sigo con los pies entumecidos, pero estoy muy bien de ánimo.
Hoy llevo 27 sesiones de radioterapia, solamente tengo un leve enrojecimiento de la mama, algo de dolor en el pezón, pero nada que no pueda soportar, me tocaba el control médico, pero pasaron dos horas y unos 20 pacientes aguardando la llegada del profesional que nunca llegó. Me impresionó mucho que un paciente sufriera una descompostura mientras esperaba, se puso rígido y según quien lo acompañaba convulsionaba, increíblemente no había ningún médico que lo pudiera atender, la secretaria llamó un servicio de emergencia que se hizo presente luego de 30 minutos y finalmente el paciente fue llevado en la ambulancia. Quedamos todos los presentes un tanto shockeados, es imposible no relacionar este triste acontecimiento con uno mismo.
Llegué a la sesión 36 finalmente, siento que terminé una etapa, me siento muy bien anímicamente, pensaba retomar mis actividades laborales pero el Médico radioterapeuta me dijo con total convencimiento que bajo ningún punto de vista debía trabajar, que era necesario que me tomara 30 días de descanso, me sorprendió mucho esta determinación pero no voy a contradecirlo, presumo que tiene algún fundamento, en 30 días debo volver a ser controlada por él, también debo ver al Dr. Blajman en unos pocos días, no entiendo para que me deben seguir controlando por las radiaciones, al parecer siguen actuando, pero no creo que con un examen a simple vista puedan detectar algo, quizás sea mi ignorancia, pero no estoy muy convencida y no me gusta mucho recorrer médicos sino es estrictamente necesario, haré la consulta pertinente al oncólogo.
Ya avisé en mi trabajo que me tomaría 30 días más, reconozco que siento cierto pudor, sé que es lo que me corresponde pero igual no me acostumbro a estar tanto tiempo sin trabajar, la jefa de personal es muy amable conmigo cada vez que me comunico, igual mi jefe que me mandó un mail para el día del amigo, me reconforta mucho sentir el sincero aprecio que me dispensan, al igual que mis amigas para las que no me alcanzan las palabras para expresar lo fantásticamente bien que me hacen sentir, recibo permanentemente muestras de cariños y amistad que me gratifican muchísimo.

viernes, 23 de julio de 2010

Capítulo XIV: Radioterapia

El miércoles 19 de mayo visité el Instituto dónde seré sometida a la radioterapia, la técnica es para todos igual, una primer consulta en la que llevamos todos los estudios realizados, el especialista analiza y define las sesiones, en una segunda consulta que en mi caso será el 31 de mayo próximo me realizarán una simulación de la radioterapia y se marca la zona ha radiar, con tinta china, indeleble imagino, al día siguiente se inicia la radiación, que en mi caso será de 7 semanas consecutivas de lunes a viernes. Entre cada semana nos ve un médico para evaluar la marcha. Al finalizar deberé volver a ver al Dr. Badman.
En la primer consulta me atendió el Dr. Venanqui, fue muy amable, previamente le había tenido que dejar a su secretaria mi carpeta con todos los estudios, graciosamente en la carpeta tenía cosas personales que no debí dejar allí, como ser fotos de mis hijos, de Paloma y Remo (el perro de la casa), y todo lo relacionado al tratamiento de Lavenna. A esa altura me fue imposible separar las cosas, no sé que habrá pensado, pero antes que yo entrara había visto todos los folios.
Me revisó como siempre lo hacia el oncólogo, es una sesión rápida de masajes de mamas, cuello y axilas. Luego me hizo una serie de preguntas, como ser que operaciones tuve, enfermedades, partos, etc. y pasó a explicarme claramente en qué consistiría el tratamiento, que no era doloroso, que cada cuerpo reacciona diferente respecto de la piel no a todos le produce quemazón, pero me aconsejó no usar corpiños durante el tiempo que dure el tratamiento.
Me sugirió que no aumente de peso, había logrado luego de mucho esfuerzo entrar en el rango permitido por las máquinas, me aseguró que si aumentara de peso no podrían hacerme los rayos. Me costó mucho llegar pero me sentí muy bien de poder hacerlo y también pensé en cuantas personas deben estar limitadas y no deben poder recibir este tratamiento, no pude averiguar cuál es el límite en otros lugares o países.
Me restaba aguardar al 31 de mayo, es decir 62 días después de la última sesión de QT, mientras tanto seguiría con mi tratamiento para continuar adelgazando, me falta mucho para llegar a mi peso saludable, debo tener mucha perseverancia, espero lograrlo.
Llegó el día esperado, mi primer experiencia en esto de la radioterapia, llegué a las corridas al horario previsto, antes debimos pasar con mi hija Mar por la Bioquímica para que se haga unos análisis, como no le encontraba venas nos demoró más de lo pensado. No hay nada peor que una joven de mal humor a quien la pinchan varias veces para encontrar venas, en ayunas y por la mañana temprano.
Realmente son puntuales, a los 5 minutos de entrar un técnico me buscó en la sala para conducirme al lugar dónde se encontraban los aparatos, me habían informado que harían una simulación y me marcarían la zona con unos puntos tipo tatuaje. Me acordé que el día anterior había chateado con una compañera de trabajo, Patricia, que al saber lo de la simulación me dijo que le recordaba al operativo de escrutinio que tantas veces hicimos, también me recomendó no apurar mi regreso al trabajo, al parecer las cosas no estaban muy bien, en verdad a esta altura ya no extrañaba mi rutina de 32 años, más bien me preocupaba encarar de nuevo mis obligaciones sabiendo que habría migraciones de los Sistemas Operativos, lo que implicaría hacer cursos, estudiar e implementar lo nuevo, estando a unos 5 años de la jubilación, sinceramente no me producía placer ni fascinación alguna pensar en mi retorno.
Lo primero que me señaló el técnico es que debía desvestirme de la cintura para arriba completamente, incluyendo mi pañuelo de la cabeza y mi cadena. No sé que me produjo más pudor si mostrar mis pechos desnudos o mi cabeza con un incipiente y triste cm. de pelo, aunque parezca mentira me sentía muy incómoda por descubrirme. Me hizo acostar en una camilla muy dura, apoyando mi brazo derecho hacia arriba en un soporte de metal, girando el cuello hacia el lado contrario y sugiriendo que no respire profundamente, ni me mueva, ni hable, ni tosa, ni estornude. Que fácil!!! Luego de los primeros 5 minutos la posición resulta dura de mantener, se me acalambraban pies y manos, recuerdos que me dejara el malbendito paclitaxel, los dedos de los pies se me torcían hacia arriba, a los 15 minutos me quería morir. De cualquier forma traté de guardar la calma, pensaba en lo maravilloso que es el mar, su arena, el paisaje de una isla.
Junto al técnico trabajaba el Dr. Venanqui, se dictaban números de abscisa y ordenada, 30 de x, 27 de y, corregían, hacían girar el aparato que me apuntaba, también se movía la camilla hacia los lados y hacia arriba o abajo, luego el Dr. me marcó con un fibrón la zona afectada, cuando creí que terminaban, no estuvo de acuerdo con las imágenes y borró las marcas hechas en mi cuerpo para empezar de nuevo la tarea, en ese momento ya no podía pensar en nada para distraerme, solo cómo hacer para huir. Finalmente el técnico me hizo unos tatuajes con una aguja, sentí cada pinchazo y vi algo de sangre, no podía entender a quienes se hacen tatuajes como soportan eso en lugares muy sensibles y con el único motivo de lucir más bellos, según su criterio, el que no comparto en absoluto. Me he negado sistemáticamente a que mis hijos se hagan tatuajes, se los he prohibido terminantemente, ahora que me tocó pasar por esto tan simple, creo que ellos en realidad no se los hacen por temor al dolor.
Al concluir la tarea se acercó el Dr. para decirme que me había portado muy bien, (casi no me costó nada …) y que tuvo que corregir para tener más precisión, que debía ser perfeccionista. El técnico me dio un turno para dos días después para verificar las placas y al otro día recién comenzarían a radiarme. Generalmente creemos que todo será más rápido, pero los tiempos de los institutos y profesionales, son muy diferentes a los anhelados por nosotros, los impacientes.
Llegó finalmente el día de mi primera experiencia en esto de los rayos, hacía mucho frío y para llegar tuve que atravesar la ciudad cubierta de una densa y oscura neblina, me atendieron puntualmente a las 7:10 hs. de la mañana, una jovencita es la responsable de ubicarme en la camilla y aplicarme la radioterapia, es muy rápido y exento de dolor o molestias, me alegro muchísimo que fuera tan simple.
El viernes transcurrí por mi tercera sesión, hasta aquí no tengo síntomas adversos, Genial!!! Al salir acordé con Conrado, un sobrino de mi esposo, para ayudarlo a presentar un reclamo en una empresa de seguros porque tuvo un siniestro, una mujer abrió la puerta de su Renault Stepway justo cuando el pasaba por allí, recibiendo un buen golpe y arruinando su bicicleta, dada mi experiencia en siniestros, que en verdad nunca me tuvieron como protagonista, por suerte, pude ayudarlo. Anduve toda la mañana en el auto haciendo trámites y no sentí ninguna molestia, espero seguir así.
Por la tarde tuve consulta con el médico del Instituto Lavenna, Rubén me atendió muy diligentemente, me sorprendió un tanto encontrar en él a un profesional tan seriamente preocupado por el cáncer que padezco, me sugirió seguir con mi tratamiento pero aguardar a terminar los dos meses de radioterapia, para luego ajustar mi dieta, levantó mi ánimo diciéndome que realmente observaba que estaba haciendo las cosas muy bien, que siguiera así. Le aclaré que pensaba que mi participación de los grupos terapéuticos no debía incluir el tema de cáncer de mama, no porque fuera tabú sino porque no correspondía dar importancia alguna a eso, en ese ámbito. Respetó mi punto de vista. En realidad detesto tomar protagonismo por padecer una enfermedad, en los grupos debemos limitarnos a tratar la obesidad y sus implicancias, no me gusta ver miradas de pena o lástima, no sé si es orgullo, pero trato de hacer lo posible para que no sepan de esto. Siempre digo a mis amigas que mi cáncer no me provoca dolor o molestias, solo tengo que resistir el tratamiento de la enfermedad pero lo que me pone más fastidiosa es la gestión vinculada a ésta. Rubén tomó mis medidas para comparar las tomadas por la doctora que me vio en primera instancia, si bien en un mes bajé solo 5 kilos, las medidas bajaron muchos cms. por ejemplo mi muñeca disminuyó 8 cms. de diámetro. Es mucho no?
Le prometí a Rubén seguir en la misma senda y verlo en un mes. Por mi bien espero descender más y sentirme mejor conmigo misma, realmente me he abandonado inexplicablemente durante muchos años, poniendo como prioridades al trabajo, la familia, las obligaciones, sin darme cuenta que sin salud nada de eso importa, y para mi familia, que si me importa, sería una dolorosa carga muy pronto de seguir tan fuera de mi peso.
El lunes volví a la radioterapia, la jovencita que me irradia me sugirió algunos cuidados, usar desodorante sin alcohol, no depilarme con cera la axila, usar maizena, como en la época de las abuelas, mantenerme seca para no ampollarme, a medida que pasen los días iré notando cierta quemazón, espero no sea tan intensa. Debo reconocer que tengo suerte de hacer este tratamiento en plena temporada invernal, al fin una buena provocada por las demoras y contramarchas, deberé reconocer como acertado eso de … no hay mal que por bien no venga… siempre lo vi demasiado optimista a este dicho, error, error. De paso me he pescado un hermoso resfriado, ni en el peor momento de la QT con menos de 3000 globulitos blancos me agarré tamaño resfrío, pero como sabemos dura 7 días sin consulta médica y una semana consultando algún experto profesional. Solo debo poner empeño en no estornudar cuando me este irradiando con electrones, positrones, protones o como se llamen.

lunes, 19 de julio de 2010

Capítulo XIII: Rumbo a la Radioterapia

Seguiría aguardando… Esto decía unos capítulos atrás cuando comentaba mis intenciones de ser atendida por el gran Blajman, desde hoy lo llamaré Dr. BADMAN, es mi pequeña venganza por hacerme sufrir tanta espera para que una vez acabada la QT pueda proseguir el tratamiento anticanceroso. Todos los especialistas sostienen debe ser emprendido cuanto antes parta matar las células degeneradas, tal cual, el 4 de mayo a dos días de tener que ser atendida por él para definirme los pasos a seguir, mientras caminaba por la Costanera, mi hijo me avisa que recibió una llamada para postergar mi turno al día sábado 8 de mayo alas 11 hs, es decir que lo veré, espero, habiendo pasado 38 días de mi última sesión de QT, a eso deberé sumar los días que pasarán hasta que el nuevo profesional, Radioterapeuta, me dé turno y me asigne un día y horario para iniciar el bombardeo, calculemos con optimismo 50 días.
Llegó el sábado 8 de mayo, no es común que una Clínica privada esté abierta un día sábado, pero tratándose de Badman todo es posible.
Por supuesto había muchas personas en la espera, incluso una secretaria, en otra oportunidad un día sábado no tenía secretaria debiendo arreglárselas solo con las carpetas de cada paciente y llamando a cada uno personalmente. Como siempre luego de hacer espera en la sala, pasamos de a tres pacientes al primer piso, el Dr. atiende en dos consultorios, conversaba con otra paciente quien me contó su historia, ocurren cosas sorprendentes, luego la detallaré en el capítulo de casos increíbles. Cuando me hace pasar al consultorio lo noto de buen humor, me sorprende diciendo ¡Que linda se te ve, que bueno el peinado!. No he logrado descubrir cuando habla en serio y cuando en broma, en general no es de hacer muchos comentarios y aún no lo conozco como para descifrarlo. Yo con el crecimiento incipiente de mi cabello usaba, aún, un pañuelo con extensiones añadidas. Antes de ir al otro consultorio, me agradeció el libro que le regalé hace 5 meses, con motivo de las fiestas, en realidad se lo había dejado a la secretaria y nunca supe siquiera si había llegado a su manos, era un libro de un autor que aprecio mucho, Eduardo Galeano, en realidad el día que tenía que retirar una orden para la QT, decidí pasar primero por una librería a comprarme un libro para disfrutar en mi obligadas vacaciones, pido que me muestren las obras de Galeano y casualmente la dueña de la librería era fanática de este escritor uruguayo, me cuenta que había superado un cáncer de pulmón y que se lo veía por TV en muy buen estado, era maravilloso escucharlo, sobre todo sus comentarios sobre las mujeres en el transcurso de la historia, no es para nada machista, le mencioné que tenía 70 años y realmente estaba muy bien, ella dudo de esta edad pero buscando en las contratapa de los libros pudo confirmarla. En ese momento me pareció bueno comprar un libro para regalarle al oncólogo que me trataba, recordando sus palabras acerca de que se operaría el tobillo y estaría muy aburrido, yo le sugerí que se dedicara a entretenerse leyendo o viendo películas, me pareció buena idea acercarle algún texto. Así fue que al buscar la orden de medicamentos, le dejé el libro, no sin cierta vergüenza, suponía que recibiría muchos regalos para las fiestas, de allí que me sorprendió muchísimo que se acordara del presente habiendo pasado casi 5 meses.
Luego de unos 15 minutos regresó para atenderme. Como siempre leía atentamente la carpeta de mi caso, me preguntó si terminé con el Paclitaxel, imaginaba mis dolores, se sorprendió que no me hubiese visto otro oncólogo después de la última QT, le aclaré que cada vez que me suspendían el turno con él, pensaba en pedir con otro profesional pero que no ganaba tiempo para nada. Me dijo que era necesario que empezara la radioterapia cuanto antes, que me derivaría a otro Instituto y al terminar volviera con él. Miró atentamente mis análisis, y me reviso como siempre, a pesar de mi sugerencia de que podíamos obviar esa revisación, yo podía hacerla sola, pero él insistió, haciendo algunas bromas sobre los 20 kg. que perdí y que como no le permitiría revisarme justo ahora que tenía menos kilos.
Le dije que me diera tiempo para hacerle algunas preguntas, accedió, pero cuando vio mi lista de consultas se espantó un tanto, igual me respondió amablemente, no le quedaba alternativa, pude sacarme algunas dudas, me recetó un complejo de vitaminas B para mejorar los pies entumecidos, me explico que tenía daño en los nervios periféricos gracias al clitaxel. Precisamente ese síntoma me preocupa mucho porque me impide conducir adecuadamente, he perdido la sensibilidad en la planta de los pies, lo cual dificulta las maniobras al no sentir los pedales del auto, si bien uno maneja de memoria, en mi caso en medio del proceso, cambié de auto y me cuesta mucho, si empeorara deberé dejar de conducir, lo que modificaría considerablemente mi independencia. Una vez más me hizo una broma, que por favor le avise por dónde andaría manejando para no encontrarme, me dio ganas de decirle que se lo debía al malbendito que él me recetara pero callé. Respecto a otras consultas, como en qué momento hacerme un control con una mamografía, me pidió que no me apurara, que primero termináramos los tratamientos. Otra de las dudas era si podía ya considerarme menopausica, pero me señaló que en absoluto, que las drogas me provocaban amenorrea, que me cuidara porque podía no estar verdaderamente en la menopausia, yo creía que era definitivamente así, veremos que sucede. Respecto a mi preocupación por transferir mis genes a mi hija, BRCA1 y 2, me dijo que en absoluto pensara eso, que cuando ella tenga 40 años se haga una mamografía, recién entonces, me preguntó su edad y comentó que tenía dos hijas de 23 y 20 años, y que dejara a la mía vivir tranquila, como si no lo hiciera, ja ja.
Me insistió con que me veía muy bien y al despedirme volvió a agradecerme el libro, haciéndome comentarios sobre éste. Sorprendente, pero hablar con él me levantó el ánimo.
Al lunes siguiente, a primerísima hora pedí un turno con el radioterapeuta, Dr. Venanqui, la secretaria me programó un turno para 9 días después, sería una primer consulta, tenía que llevar todos los estudios, en fin, debía seguir aguardado…

viernes, 16 de julio de 2010

Capítulo XII: Cuestiones de peso

En todo este relato he omitido cualquier dato o información que tenga relación con un tema sumamente importante en mi vida, sin duda no es casual, el obviar el problema es producto de mi falta de aceptación, me refiero a que soy una mujer obesa, las consideraciones que hiciera la Dra. Dudero sobre que no podría hacerme rayos, no eran incorrectas, solo que por ser un tema sensible me dolió más la manera en que me o dijo. Así es que además de superar la QT debí luchar todo este tiempo para bajar de peso aceleradamente. Primero intenté por mi cuenta, suspendiendo las comidas que me gustan, dulces, etc. Pero cero actividad física, luego fui de Cristian Meier, un médico que es especialista en nutrición, me atendió muy amablemente, yo lo conocía de un tratamiento que había iniciado unos dos años antes, realmente lo aprecio, no sé si por lo gentil o por lo que dice Grace, Es un bomboncito!, que frivolidad no?. Lo cierto es que bajo su supervisión bajé kilos pero muy lentamente, hasta quedar en una meseta. Cristian además de su clínica privada es médico de Promoción de la Salud, organismo encargado de controlar las licencias médicas del personal de la Provincia, justamente cuando fui a justificar mis inasistencias lo encontré y tuvo la gentileza de hacerme pasar primera y atenderme personalmente, de esa forma se enteró de mi enfermedad, me dijo palabras de aliento y nos despedimos. Al salir me pareció ver las caras de las veintipico personas que estando antes que yo, no eran llamadas aún, me dio mucha vergüenza, pero si bien lo lamenté fue un caso claro de “tráfico de influencias”, caramba, ya que caí en eso podría usarlo para obtener ventajas de mayor relevancia no?
Sabiendo mi problema, a todas luces evidente por otra parte, Kiki, mi amiga, me comenta que me había inscripto en una charla del Dr. Lavenna, especialista de Bs. As., de una corriente opuesta con la que comulga Cristian, este Señor plantea solamente 4 comidas, eliminación total de harina, azúcares y alcohol, tratando a los obesos como adictos, de allí que plantea que no se le puede dar una líneas de coca a un cocainómano como premio. Es mucho más rígido en sus conceptos y cae bastante mal su elocuencia, pero creo que los gordos necesitamos ese rigor. Hace muchos años había presenciado una charla del Dr. Cormillon que me resultó un tanto mediático pero muy simpático. Ambos coincidían en que los hábitos de la sociedad moderna genera gordos, de todas las edades, lo más grave es que hay muchos niños obesitos. Mucha culpa tienen los avances tecnológicos, desde el lavarropas automático, la PC, las costumbres de Chatear, jugar, en la PC, en fin infinidad de tareas que invitan a estar horas sentados en lugar de caminar, pasear, jugar, quemando calorías.
Lo cierto es que Kiki me averiguo todo respecto del tratamiento de lnstituto Lavenna, incluso para que no le pusiera como excusa el costo se ofreció a prestarme el dinero para pagarlo, que es una cifra interesante por mes, casi 1000 pesos.
No sé si por necesidad o por ceder a la presión, concurrí para iniciarme en esta nueva experiencia, asistí religiosamente a las consultas con médica, nutricionista, Psicóloga, grupos terapéuticos, 3 veces por semana y gimnasia 2 veces por semana. En fin, es necesario estar convencida interiormente para tomar esta responsabilidad con la seriedad que se merece y en mi caso dejar de lado todas las obligaciones que puedan evitar que continúe con el tratamiento. Digamos que decidí pensar en mí primero y segundo y tercero, los demás …a embromarse…
En los grupos terapéuticos escuchamos testimonios (me hace recordar los devotos religiosos) de personas que tienen que perder 50, 40 o 5 kg. para llegar a un estado saludable, pareciera que es eficaz en el 100 por ciento de los casos, todos adelgazan rápidamente muchos kg. por mes, en promedio de 5 a 10 kg.. mensualmente, por supuesto que se debe cambiar la modalidad y cantidad de alimentos, sumado a realizar actividad física, no hay secretos en esto, es una ecuación matemática, para adelgazar debe ingresar al organismo menos combustible que la energía que se quema en el proceso de vivir. No hay milagros, aún cuando los gordos quisiéramos dormir y despertar delgados no existe esa opción, solo se logran los resultados en base a sacrificio, voluntad y perseverancia y para no recuperar lo perdido hay que mantener la conducta en el tiempo.
Desde el primer día de mayo puse todo mi empeño en este nuevo tratamiento, respeté las 4 comidas diarias, desayuno y merienda: café cortado con 4 fetas de queso de máquina, almuerzo: un caldo de verduras más verduras crudas o hervidas (una porción medida) más un filet de pollo grille o carne magra o pescado, más una fruta de postre, eliminé de mi vida las harinas y dulces, dado que soy adicta a ellos ha sido todo una revolución, además salgo a caminar diariamente a las costanera 40 minutos. Aún no veo gran descenso de peso, en 18 días solamente descendí 2,500 kg., de cualquier forma debo seguir en este camino, para favorecer mi estado físico desde todo punto de vista.
En una sesión de terapia de obesitos me encontré con una persona que aprecio mucho, quien fuera vicerectora del Verna en mis épocas de estudiante, me alegró que se acordara de mí, es muy agradable y tranquila. Al menos con ella puedo conversar de otros temas, no solamente sobre la obesidad y su tratamiento.
Las terapias de grupo se hacen muy interesantes, la Psicóloga que lleva adelante el grupo, Mariana, es muy competente y sabe conducir, el médico, Rubén, hace los aportes científicos desde lo fisiológico, el tema es dar pautas claras para que las personas no abandonen el tratamiento, la experiencia de cada uno sirve como estímulo, todos bajan de peso, hay quienes deben bajar 7 y otros 60 kg., si bien a todos nos cuesta, al parecer es aún más difícil el mantenerse una vez alcanzado el objetivo, para eso el Instituto propone sesiones especiales de mantenimiento dónde orientan y dan consejos para sostenerse, recién pasada esa etapa dan el alta, pero todos sabemos que se debe luchar toda la vida para mantener la conducta y no aumentar de peso.
Me impactó el caso de un señor de unos 65 años que debe bajar 70 kg. y lleva bajados 21, es insulino dependiente pero redujo la cantidad de insulina notablemente, al parecer se irá normalizando con el descenso. Es un muy buen ejemplo, es un hombre simple y sabio en sus apreciaciones.
Hay algunos casos cómicos, como una mujer que contó que para que su hijo de 5 años deje el chupete le propuso dejar ella también el cigarrillo, ambos pusieron sus objetos de adicción en una caja y en una oportunidad le propuso a su hijo tomar el chupete para poder satisfacer sus deseos de fumar. Increíble!. A partir de allí comentaba lo difícil que era para ella dejar de comer, al segundo día del tratamiento se comió 4 empanadas más un sándwich más la comida de la dieta. Yo pensaba que antes de pagar lo que sale el tratamiento debió pensar un poquito en que era lo que quería realmente, tan solo desde el punto de vista económico a mi me parece que debo poner un poco de entusiasmo en cumplir y no dejarse ganar por una porción de torta. Es una lucha pero como dicen … la única lucha que se pierde es la que se abandona.

jueves, 15 de julio de 2010

Capítulo XI: Mis amigos

Durante todo el tiempo de mi proceso conté con la invalorable compañía de mi amigas, realmente nunca dejaron de apoyarme, levantarme los ánimos, me visitaban, organizaban reuniones, me hablaban por teléfono permanentemente, debo nombrar a Kiki, Grace, Susi, MariCarmen, Carmen, Marta, Liliana, Marta de Regatas, lo mismo mis cuñadas, Silvia, Chiqui, mis sobrinos, Marielo, Seba, Cristian, Leo, Valentina, compañeros de trabajo como Jorge, Miguel, Molle, Patricia, se acordaban de mí. El afecto de quienes nos rodean es importantísimo cuando hay que enfrentar situaciones difíciles.
MariCarmen fue a Cáritas para averiguar sobre unos medicamentos alternativos, del Dr. Crescenti, sabiendo que yo no tenía relaciones con la Iglesia, y que no me entusiasmaba lo alternativo, me insistió mucho, más que por convicción, para que su molestia no fuera en vano le dije que haría lo recomendado, debía ir a la iglesia cercana y lograr que el sacerdote me colocara en la lista de pacientes, luego viajaban a Buenos Aires y traían las drogas, inclusive Silvia habló con el presidente de Cáritas, Axel, para que me incluyera, pero debía hacerse vía la parroquia barrial . Mi hija fue a la Iglesia y le dejó una nota con mis datos al cura, al averiguar en Cáritas no había sido incluida, luego Liliana habló con algún cura amigo y como resultado recibí en mi casa la visita de un tal padre Diego, conversamos amenamente un buen rato, creo que presentía que yo no era muy devota, pero fue muy gentil en no indagar sobre eso, finalmente me trajeron los medicamentos, eran gotas con antioxidantes que había que tomar durante el proceso de quimio. Por supuesto las tomé sin estar convencida de que sirvieran para algo, pero valoré las molestias que se tomaron mis amigas.
La hermana de Susi, Elba, me mandaba unas gotas florales de Bach que también tomaba antes y después de la quimio, debo ser sincera y decir que me ofrecieron mil cosas más pero solamente tomé lo que menciono aquí. No llegué a comer gorgojos vivos por ejemplo, mi desesperación era menor a mi repulsión. Pienso que hay quienes pueden tener invertidas estas proporciones y se los comen. Quizás sea mal pensado de mi parte, pero tengo dudas sobre todo lo que veo que detrás tiene un negocio importante, me parece que hay quienes especulan con la buena fe de las personas y no me gusta para nada.

miércoles, 14 de julio de 2010

Capítulo X: Recurriendo a la Psicóloga

Luego de la segunda sesión de QT, me sentía bastante mal físicamente, pero peor era mi estado anímico, le pedí al Dr. Blajman que me indicara una terapeuta que me ayudara a sobrellevar mis problemas sicológicos, me expreso que podía ayudarme una profesional que trabaja en el Instituto, Selva, así es que pedí turno con ella y por primera vez en mi vida fui a una consulta con una psicóloga. Me resultó muy agradable, le conté los más sintéticamente posible mis problemas vinculados al cáncer y las tramitaciones que exigieron de mi parte, le expresé que sentía impotencia y descreimiento, que me provocaba cierto grado de angustia, desasosiego no poder confiar en las personas que manejan los procedimientos del mundo del cáncer, desde empleados, médicos, técnicos, etc. Para Selva era lógico que me sintiera así, me preguntó si hacía algo para vencer esos sentimientos, que para ella eran absolutamente normales, dadas las condiciones por las que tuve que atravesar. Le dije que a partir de mi enfermedad había cambiado en mí muchos conceptos, que ingresé a una etapa de replantear mucha situaciones en mi vida, que había golpeado muy fuertemente en mis sentimientos, también me afectó algo que me dijera mi hijo: “mamá el tumor fue una forma que encontró la naturaleza de alertarte que debías dejar de pensar en los demás y ocuparte de vos”. En verdad creo que tiene mucha razón, no me parece que sea correcto adjudicar culpas a nadie, solamente yo he sido la responsable de abandonarme en muchos aspectos, tomé con exagerada responsabilidad las tareas que exigen atender una familia, el trabajo, la casa, en fin todo lo que hace a un hogar que siempre debe ser compartido en partes iguales por los esposos, solamente por mi exclusiva culpa cargué sobre mis hombros con todas las responsabilidades. Durante más de 24 años, viviendo en un barrio muy alejado, debí encargarme de los traslados de los chicos a la escuela, Institutos de inglés, clases de gimnasia, Club de Regatas, reuniones escolares de equipo, reuniones sociales, clases de natación, visitas médicas, compras de todo tipo, etc, solamente me salve de catequesis porque no le dimos formación religiosa a nuestros hijos. Durante años sentí que además de mi trabajo manejaba un remis. Además de sobrellevar el mantenimiento de la casa y los autos.
Le expliqué a Selva que había decidido dedicarme a hacer las cosas que me gustaran, leer, escuchar música, ir al cine, salir a caminar, visitar a mis amigas, aún si para cumplir con eso, debía pagar para que cuiden a mi madre.
De todo eso lo que más me gusta es la música, es maravillosa, me atrapan tantos y diferentes formas musicales de expresión, que jamás terminaré de conocer, de acuerdo a mi estado de ánimo me gusta el Blue, a la cabeza Eric Clapton, BB King, me gusta el Rock, internacional y nuestro, el Rock sinfónico, Pink Floyd, Yes, Peter Gabriel, Sting, U2 (Bono me apasiona), Joan Manuel Serrat (soy fanática de él), Caetano, Milton, Silvio Rodríguez, León Gieco (me parece un tipo muy solidario y coherente), me agradan grupos más modernos como Pearl Jam, comparto la música con mi hija Mar, ella es una estudiosa de cada grupo que le atrae, conoce la letra, los integrantes, su historia, etc., para mi compartir música o películas con las personas que aprecio me produce un inmenso placer, comentar con mis hijos sobre actores, guiones, sus actuaciones es maravilloso, por ejemplo con Mar fuimos a ver “El secreto de sus ojos” y le sugerimos a Mau que fuera, cuando regresó tenía un entusiasmo increíble y se jugaba a que ganaría el Oscar a la mejor película extranjera, nunca pensé que nos gustara tanto una película nacional, grande fue mi sorpresa con la actuación de Francella, que no era de mis artistas favoritos para nada, en fin realmente creo que ver o escuchar los hechos culturales en forma solitaria es menos conmovedor.
Mi enfermedad me llevó también a tomar la decisión de suspender mis estudios, debía preparar una materia, Lenguaje Java y la tesis para terminar la Licenciatura en Sistema, es una carrera muy interesante vinculada a mi profesión, que la hice con mucho gusto, aprendí mucho sobre Auditorias, Normativas Legales, Gestión de empresas, temas relacionados con la informática, siempre tuve la idea que es vital actualizarse permanentemente, para eso cuando la provincia dejó de tener políticas para capacitar a su personal, y dado que mi hijos eran lo suficientemente independientes, decidí emprender los estudios en forma académica, primero una carrera en la Facultad de Ciencias Hídricas, de Diseño multimedia para desarrollo Web y luego la Licenciatura en la Universidad Católica (debo reconocer que para ingresar en ésta debí expresar en forma escrita mi acentuado convencimiento religiosos, fue absolutamente hipócrita de mi parte, pero reconocer mi ateísmo me hubiese llevado meses de trámites y discusiones que no estaba dispuesta a padecer, puedo decir que durante todo un día fui la más devota de las creyentes). Suspender estos estudios no los vivo como un fracaso, a diferencia de mi abandono de la Facultad de Bioquímica, faltándome 10 materias, cuando en mi juventud decidí darle prioridad a mi carrera laboral, hacíamos cursos permanentemente, éramos examinados rigurosamente y sumado a eso la Facultad no contemplaba horarios especiales para quienes trabajábamos. Hasta hoy me pregunto si me equivoqué con aquella decisión.
Por supuesto que de estos temas del pasado no he conversado con la Psicóloga, a lo mejor por eso, luego de la segunda consulta, me dio el alta aseverando que no veía en mí ninguna enfermedad de características psicológicas que tuviera que tratar.

martes, 13 de julio de 2010

Capítulo IX: Novela del clitaxel

Esta droga merece un párrafo aparte, más allá de lo buena que pueda ser para aniquilar las células cancerígenas y junto a ellas las células de mi organismo con igual velocidad de reproducción, necesito contar las peripecias que tuve que hacer para obtener la droga a tiempo para cada sesión.
Primera sesión: Como conté anteriormente, el Dr. Blajman me hizo la ficha para llevar a la farmacia, eso ocurrió un 11 de enero, importa la fecha porque es temporada de vacaciones, el personal que sabe hacer su trabajo, suele estar de licencia y los que quedan a cargo, no tienen la menor idea, esto lo he sufrido siempre en todos los ámbitos, incluso en el laboral, siempre he tenido el triple de reportes de problemas de mis usuarios en esta época del año. Además ese día fue el último que trabajó el Dr. se licenciaría para someterse a una operación, pienso que todos sus pacientes habrán deseado su pronta recuperación, quizás por intereses un tanto egoístas, pero es lógico que así sea.
Como siempre debía tener las drogas para una fecha determinada. Reclamando insistentemente logré llegar al día de la Quimio con mi paquete de drogas. Al llegar al Instituto y entregarlas, la enfermera me señala que falta el kit de infusión, que el Paclitaxel requiere de un kit específico, no se puede usar otro. Como favor especial me dice que me dará uno de un paciente que falto a la cita, (primera idea que me vino a la cabeza, ¿será porque falleció?, no me animé a preguntar nada. Simplemente acepté la propuesta y me comprometí a devolverlo en la próxima sesión. Mientras me ponía la primer droga hable por el celular a la farmacia y a Iapos, me señalaron que mi médico no había puesto en la ficha el pedido del kit o set. Eso de estar en deuda me provocó una angustia importante, por eso a los pocos días traté de comprar el bendito kit en la farmacia, por mi cuenta, para devolverlo, pero me sorprendieron diciendo que no se vende por separado. Increíblemente, la droga no puede usarse sin el kit, no lo incluyen con el producto y tampoco se puede comprar separadamente. Qué paradoja verdad?
Segunda Sesión: Para devolver el Kit le pedí al Dr. Lucas que me hiciera el pedido de 2 kit además de las drogas, él accedió solícitamente entregándome las órdenes.
A la semana busco las drogas y me encuentro con que faltaban más de la mitad, como siempre la farmacia no sabía nada, me comunico a la Obra Social y me explican que el Dr. incluyo en un formulario de medicamentos, que trae renglones para varias drogas, más de un producto, que cometió un error debe poner un producto por formulario. Nunca entendí para que diseñan un formulario con varios renglones sino se puede poner más de un producto. Una incógnita más. Siendo las 14 hs., me informan que si consigo las órdenes antes de las 16 hs. me las pasarían para llegar a la fecha de la QT. Cual maratonista me dirijo al Instituto a pedir que algún Dr. me haga el favor, encuentro en la recepción a la Dra. Roxana que entiende mi problema y me hace las recetas, se lo agradecí sinceramente, además le dejé una orden de consulta porque me pareció que correspondía. Al fin pude devolver el kit.
Tercera Sesión: Persuadida de cómo debían hacerme las recetas, entregué a la secretaria mis órdenes con un resumen de todo lo que debía poner el médico que llenara los formularios, para mi sorpresa fue Blajman quien hizo las recetas, en forma correcta.
Cuando llegó el día de retirar los remedios, tampoco estaba el kit, debí regestionar nuevamente en Iapos, ahora no tenían la excusa de que el médico por error no lo incluyera, luego de unos días me entregaron todo lo requerido.
Cuarta Sesión: En esta oportunidad Blajman no me puso en la receta el kit, pero me di cuenta en cuanto me la entregó y la secretaria se encargó que me colocara las palabras mágica (set de infusión), le apliqué resaltador y una llamada especial para que no olviden el kit.
A la semana me hablan de la farmacia para decirme que Iapos no accedió a darme las drogas porque yo ya había recibido el tratamiento completo. Imaginen mi desconcierto, que interés podría tener de hacerme más sesiones de las definidas por el oncólogo, estuve sin dudas más cerca de abandonar el tratamiento que de someterme a sesiones extras. Me puse a repasar las fechas y posibles errores y deduje que el problema estaba en las dos órdenes hechas por Lucas y Roxana, Iapos contaría órdenes en lugar de miligramos de droga. Al comunicarme con Iapos les explico el posible error, la empleada al parecer no sabía sumar, por sesión me daban 450 mg. y en esa oportunidad me dieron en una orden 150 y en otra 300 mg., por suerte esta empleada recurrió a otra que supo sumar y reconocer el error, prometiendo entregar las drogas, le insistí que no olvidaran el kit.
Un viernes a la noche, pasadas las 23 hs, llevé a Mau a un boliche dónde había puesto una barra con unos amigos, (no recomiendo a nadie emprender tal negocio, ellos alquilaron la barra pagando toda la temporada por adelantado y luego se ocupaban todas los viernes para recuperar la inversión y ganar algo. Los días viernes llovía y no tenían chances de abrir así es que trabajo gratis tres meses, solo recupero lo invertido), al volver pasé por la farmacia a retirar los productos para la última Quimio y OH SORPRESA, TAMPOCO vino el KIT. Desesperada y abrumada llegué a mi casa y busque el sitio web oficial del Laboratorio GOBBI NOVAG y me dispuse a enviarles mail a todas las direcciones de correo que figuraban en las páginas del sitio, explicando mis problemas y solicitando que tengan sentido común para incluir con el producto el kit, si bien yo pensaba que no sufriría más sesiones, lo pedía para otros pacientes que pueden tener que pasar por lo que padecí.
Grande fue mi conmoción cuando me respondieron el mail, a continuación copio la respuesta así como otro correo enviado por mí y la segunda respuesta del Laboratorio.
--- El jue 25-mar-10, S***** De Angelis <********s@gobbinovag.com> escribió:

De: S****** De Angelis <*******@gobbinovag.com>
Asunto: Paclitaxel + Kit
Para: *******@yahoo.com
Fecha: jueves, 25 de marzo de 2010, 16:50
Estimada,
mi nombre es S***** De Angelis y soy el Gerente de Marketing de Gobbi Novag. Antes que nada le agradezco que se haya tomado el tiempo para escribirnos el mail en el que nos detalla la situación. Le cuento que lo que dicta el sentido común está totalmente alineado con lo que usted escribe. Sucede que, aunque usted no lo crea, para entregar el producto con el kit de infusión, debemos registrar un producto nuevo. Es por ello que lo que hacemos es comprarlo y luego a través de nuestros representantes de ventas entregárselos a los médicos que así lo requieren (según la zona, algunos los precisan y otros no). Me pondré a investigar cual es la razón por la cual el profesional de la salud que la atiende a usted, no recibió dicho kit, el cual se encuentra en stock apuntando a evitar que un error como el que usted menciona se repita.
Nuevamente agradeciéndole el tiempo dispensado a ayudarnos a mejorar y quedando a su disposición por cualquier otra inquietud me despido.
Cordialmente
S****** De Angelis


El 29/03/2010 10:01 p.m., M**** C**** T**** escribió:

S*****:
Realmente me ha sorprendido muy gratamente que se tomara el trabajo de responder mi inquietud, lo cual renueva mi confianza en que existen profesionales que toman su trabajo con la seriedad e idoneidad que corresponde, especialmente quienes son gestores de algo tan sensible como la salud.
El oncólogo que me atiende y determinó este tratamiento es el Dr. C**** B*l****, del Instituto **** de la ciudad de Santa Fe, en realidad a él solo le he insistido solicitando que en las órdenes de medicamentos no se olvide de colocar el pedido del Kit, para poder por mi cuenta hacer los reclamos en cada oportunidad. En ese Instituto funciona la sección de Quimioterapia, una de las más concurridas de esta ciudad, que sería el lugar dónde el representante de ventas debería entregar los set para que dispongan de un stock en forma permanente.
Como mencione en el e-mail, personalmente no creo tener más sesiones, pero me resulta gratificante que otras personas no deban padecer esos interminables y agotadores trámites.
Con profundo agradecimiento lo saludo atentamente. M**** C****




--- El 30-mar-10, S***** De Angelis <********s@gobbinovag.com> escribió:

Estimada
todo lo que recibamos con ánimo constructivo es bienvenido en nuestra empresa, así que los agradecidos somos nosotros por darnos la posibilidad de mejorar nuestro servicio.
Cordialmente S******

En definitiva puedo deducir de toda esta historia que cuando inscribieron esta droga lo hicieron erróneamente y que el Visitador Médico de Gobbi Novag que trabaja en Santa Fe se tomó tremendas vacaciones en enero, febrero y marzo de 2010. No me pareció buena idea conocer el nombre de esa persona, para evitar generar rencores que no me harían nada bien, solo espero que el Laboratorio le dé un descomunal tirón de orejas (en mi forma de escribir se nota la moral mojigatona que me impusieron en el colegio Verna, de monjas), sino el tirón sería de una parte más sensible.

lunes, 12 de julio de 2010

Capítulo VIII: Segunda etapa de la QuimioTerapia: Paclitaxel

Las sesiones con esta droga fueron mucho más lentas, demoraban hasta 5 horas, me producían sueño, debía estar acostada siempre porque me mareaba durante su aplicación. Requiere tomar corticoides previamente para evitar reacciones adversas.
Pero lo peor se produce a las 48 horas, ataca médula ósea, así es que el dolor de huesos de la cintura para abajo es indescriptible, insoportable, tomé Ibuprofeno, Mar me inyectó Diclofenac y nada. Durante 4 días estuve muriendo de dolor, solo pensaba que si las 3 siguientes sesiones me producirían eso, renunciaría totalmente. Además me provocaba granos en la cabeza, ampollas, entumecimiento de pies, prurito, en fin, intolerable. No creo tener el umbral de dolor tan bajo, mi experiencia es que pasé dos partos con bebes de más de 4 kilogramos, sin gritar, en el primero tuve desgarros que exigieron 27 puntos, y no proferí grito de dolor alguno. También, ya casada, padecí meningitis y si bien los dolores de oídos y cabeza eran insostenibles, nunca necesité insultar o llorar desgarradoramente como en esta oportunidad.
El control lo tuve con el Dr. Lucas, un joven apuesto, al que le exprese mis problemas de dolor, me dijo con absoluta tranquilidad que se debió a que tomé poca cantidad de corticoides previamente, que bloquean los efectos en la médula ósea. Para ser sincera, debo decir que el Dr. Blajman olvidó recetarme corticoides y como la enfermera me había señalado que si me indicaba Paclitaxel debería hacer una premedicación, cuando busqué el recetario para la primera sesión le pregunté a la secretaria al respecto y ella habló por teléfono con alguien y me indicó la dosis de corticoides, dos pastillas de 4 mg. 12 horas y 6 horas antes de la QT. Lucas me indicó el doble.
A las 48 horas de la 6ta. sesión. 2da. de Paclitaxel, recordé a la madre y hermana del Dr. Lucas, mencionándolas cada cinco minutos, lo quería matar, el dolor era agobiante, insufrible, tomé cuanto calmante, analgésico, antinflamatorio encontré en mi casa y nada. Por supuesto fui al control convencida que me daban morfina o no me hacía la próxima sesión. Al tercer día mi cuñada me acercó unas pastillas de Klosidol y mejoré muchísimo, era la droga adecuada.
En esta oportunidad me atendió el Dr. Yonosen, en cuanto le conté mis dramas me receto Klosidol, es un opioide sintético cuyo mecanismo de acción central consiste en producir un bloqueo sináptico, a nivel del complejo Tálamo óptico - Lóbulo prefrontal, que constituye el centro de la percepción dolorosa y la reacción psicológica acompañante. Debía tomarlo ni bien terminara la sesión aún cuando los dolores se iniciaran a las 48 horas. Logré controlar el dolor muchísimo más. Desde entonces puedo decir que soy devota de San Klosiopio, no digo que me hice adicta, pero admiro muchísimo esta droga y llevo un blister en la cartera por las dudas, si me notan como “colocada” sepan disimular.
El control de la tercera sesión lo hice con la Dr. Roxana, me resultó agradable, insistió con iniciar la radioterapia en cuanto antes, al terminar la QT.
Finalmente transcurrió el tiempo y finalicé las 8 sesiones. Me sentía feliz y no veía la hora de ir al control, en este caso con el oncólogo titular ya reintegrado a sus tareas, solamente que me dieron el turno para un día un tanto lejano, debía transcurrir un mes y tres días. Me armé de paciencia, me dediqué a hacer una vida muy sana, comiendo verduritas, frutas y saliendo a caminar diariamente a la costanera, realmente es una hermosa zona de recreación, da gusto caminar por ella.
El día anterior a la consulta me suspendieron el turno porque el Dr. Blajman no estaría en la ciudad, me pasaron para el 6 de mayo a las 20 hs, once días después del turno acordado, además previendo que luego de un período de ausencia la consulta de las 20 hs, puede ser que se concrete a las 3 de la mañana, siempre y cuando ese día no juegue Colón (en algún momento explicaré esto). Tuve dudas si pedir un turno con otro médico, pero me pareció importante que la definición de los pasos a seguir, los haga quien tenía toda mi confianza. Tengo demasiadas dudas sobre todo lo relacionado con mi enfermedad como para sumar incertidumbres sobre el profesional. Seguiría aguardando…
En medio de mis sesiones con Paclitaxel rompe huesos, tuve un problemita que nada tuvo que ver con mi tratamiento, pero me afectó bastante, mi hijo Mau chocó con mi auto a una conductora que cruzó un semáforo en rojo destruyéndose ambos vehículos, por suerte salieron ilesos, viendo el estado de los autos, se puede decir que milagrosamente no tenían daños físicos. A Mau lo salvó llevar el cinturón, creo que en cierta forma nació de nuevo, como madre debo decir que nada más debe importar, solamente que él estuviera bien, la imbécil que cruzó en rojo sin luces ni cinturón de seguridad, por suerte quedó viva. Como soy muy previsora los 2 autos que tenemos tienen seguro contra todo riesgo, esto porque si bien nunca tuve algún siniestro, familiarmente tuvimos que afrontar varios que significaron la pérdida de 3 o 4 autos. Es increíble pero la compañía de seguros al no existir cámaras que filmen el suceso, para evitar juicios prefiere acordar culpas concurrentes, aunque me opuse a eso porque me parecía que la persona que violó tantas ordenanzas debía pagar, la compañía le pagó el auto y me pagó el mío, salvo una franquicia que debía hacerse responsable el seguro de la tonta. Hasta ahora no he podido cobrar, sigo haciendo notas de reclamos, enviando carta documento con abogado, etc.
Lo lamentable fue que durante dos meses no conté con el auto en el que me manejaba y debí hacer innumerables trámites en los seguros, vender mi auto como chocado, transferirlo, hacer todos los trámites, formulario 07, 12, 9999 etc. Finalmente como se vendió a una persona de Córdoba, hice la Denuncia de Venta, pero cuando debía retirarla me informaron que tenía una multa en Buenos Aires por manejar hablando por celular en el año 2007, siendo que yo compré el auto en el 2008 y el registro lo sabe porque tiene el legajo, pero vean, igual hay que pagar la multa, por Internet, intenté pagar aunque bajo protesta, pero según el Sistema no existía tal multa, hasta hoy no pude terminar el trámite, espero que el auto en Córdoba no se involucre en delitos o cosas raras. Esas son las cosas que me espantan de mi país. Quienes estamos dentro del sistema, pagamos todos los impuestos, cumplimos con todas las obligaciones podemos ir presos por inexplicables motivos y los que transgreden permanentemente se florean tranquilos por las calles y recibirán subsidios y premios hasta por tener relaciones sin profilácticos.

domingo, 11 de julio de 2010

Capítulo VII: Primera sesión de Quimioterapia

Aún creía posible que debía seguir con mis actividades rutinarias, me parecía que cuanto menos pensara en el tratamiento sería mejor, mi idea era tratar de tener toda la predisposición posible para no padecer los efectos adversos que conocía podían provocarme las drogas.
En todo este tiempo estuve tan ocupada que nunca me detuve a pensar en la enfermedad en sí, en que expectativa y calidad de vida podría tener, mis inquietudes siempre necesitan respuestas concretas y racionales, pero nada más alejado de esos conceptos las respuestas que pueden darme. En el tema de la salud todo es variable, depende de cada organismo, de mi mente, del tipo de cáncer, partiendo de la base que desconozco que cosa me produjo esto, las evaluaciones que se pueden hacer son escasas. Hay un componente genético, en otros países se investiga si hay genes llamados BRCA1 y 2 (breast cáncer 1 y 2) que indican la posibilidad de heredarlo, le pregunté a la Dra. Roxana y me dijo que en Argentina no se realizaba ese estudio, presumo que por razones económicas. Para mí todo eso es lo más difícil de sobrellevar. Debería verlo positivamente, al no tener saber nada con seguridad y precisión podría estimar que todo será mejor, que el cáncer puede curarse y no hacer recidiva.
Mi primera sesión fue toda una experiencia, estrené el catéter con bastante éxito, la enfermera en un principio no lo encontraba y me pinchó varias veces, pero luego le indiqué que lo sentía debajo de la cicatriz, ella me pinchaba sobre la herida, eso la ubicó y pudo encontrar la vía. Primero pasan las drogas que evitan náuseas o vómitos, luego Moni, la enfermera se puso un delantal, guantes y barbijo, parecía que emprendería un viaje intergaláctico, creo que es por el peligro de salpicarse con la droga de color rojo intenso, alguna de ellas provoca necrosis del tejido afectado. Luego de la primer hora mi estado empeoraba, pero la descompostura me parece que era más por mis miedos que por las drogas. Sí, soy bastante pusilánime. Durante las tres horas de sesión debí ir al baño dos veces, es increíble pero a los poco minutos ya se elimina en orina el color y olor de la droga roja.
Al terminar me sentía con náuseas y mareada, por suerte mi hija Mar me busco para llevarme a casa, la verdad es que no estaba en condiciones de manejar.
Durante los cuatro días siguientes no pude estar alejada del baño, vómitos, náuseas, diarrea, dolor de cabeza, repulsión a todo tipo de aroma y prurito son los síntomas más fuertes. Debo ser sincera, no son tan difíciles de sobrellevar, si evaluamos que es para curar una enfermedad tan seria, vale bancarse las molestias.
En cuanto pude me reintegré a mi tareas, me sentía muy bien, solo que a los 8 días se me empezó a caer el cabello, de todos los síntomas era el que menos me importaba, claro, nunca me había pasado, pero estar en el escritorio y ver como cae el cabello, cubriendo el teclado de la PC, es muy desagradable.
Anticipadamente había concurrido de una peluquera experta en pacientes que hacen QT, para encargar una peluca, te toman las medidas de la cabeza y muestras del cabello para hacer algo similar. Esta peluquería me la recomendó en la sala de espera una paciente que aguardaba ser atendida por el gran César.
Las conversaciones de la Sala de espera son alucinantes, el 80 % refiere a las enfermedades padecidas, intercambio de síntomas y secretos para sobrellevarlos, medicinas alternativas, algunas hasta resultan esotéricas, visitas al gauchito Gil, Padre Ignacio, Dr. Crescenti, aloe con sus mágicos atributos, hasta escuche recomendar comer gorgojos vivos, por lo general llevo un libro para leer y no participar de las charlas, no solo porque soy muy incrédula, sino para no ofender a nadie teniendo que decirle ¡Déjate de joderrrr! Lo más divertido fue una señora diciendo ¡Lo único que nos faltaba, justo nosotros, tener que ver esto! Se refería a una nota, en el TV de la sala, que mostraba con lujo de detalles diferentes cementerios. Sin duda asumía que todos los presentes estábamos muy cerca de conseguir alojamiento allí.
Cuando vi que la caída del cabello era muy rápida y molesta, fui a la peluquería a raparme para que me colocaran la peluca, me acompañó Mau. Realmente me provocó un shock importante todo eso. Primero, no me conocía pelada, descubrí que la naturaleza tampoco me regalo una cabeza con la forma que quisiera tener (sigue en deuda conmigo la madre natura) tipo Sinéad O'Connor, cantante que decidió raparse por motivos religiosos y quedó mucho más bonita, me acuerdo de una canción llamada Nothing Compares, se puede ver en YouTube. La peluca es un artefacto que provoca mucho calor y aunque me la adhirieron con un pegamento siempre sentí la sensación que se saldría de un momento a otro con cada movimiento. Tampoco pude dormir con ella. Decidí usar pañuelos en la cabeza, pareciendo una originaria de Arabia Saudita. Como convivo con mi madre, para que ella no me viera calva pudiendo sospechar algo sobre mi estado de salud, usaba permanentemente un pañuelo realizado a medida, con cabello natural, son extensiones cocidas al pañuelo, simulando flequillo y unas más largas a los costados para cubrir un poco la zona de las orejas. De cualquier manera ella siempre me hacía comentarios sobre porque no liberaba mi cabello, que no podía tenerlo siempre recogido, etc. Una de las mil veces que me señalo su molestia al respecto, le dije que estaba haciendo un tratamiento contra los piojos, que no quería contagiar a nadie y por eso me cubría la cabeza. Lo más cómico fue que en una oportunidad olvidé ponerme el pañuelo y concurrí a su llamado, la cara de sorpresa al verme me hizo dar cuenta que algo malo pasaba, huí despavorida y regresé con el pañuelo, creo que ya había olvidado el incidente, o bien disimuló muy bien, recordemos que tiene 92 años.
Muchos de los fármacos de quimioterapia interrumpen de manera temporal la división celular, especialmente de las células que se dividen rápidamente. Las células sanguíneas (los hematíes o eritrocitos, los leucocitos y las plaquetas) se producen en la médula ósea. Estas células sanguíneas se dividen rápidamente. La quimioterapia puede provocar un descenso en el recuento de células sanguíneas, lo que aumenta la posibilidad de padecer diversos síntomas. Los síntomas que sentía, creo que debido a esto, eran un enorme decaimiento y fatiga, no tenía deseos de hacer nada.
Por este motivo cada sesión de QT requiere que un día antes nos hagamos análisis de sangre para comprobar la cantidad de glóbulos, si son muy bajos se suspenderá la próxima sesión de QT.
Justamente me paso que luego de la primer sesión, cuando me disponía a tener la segunda, me obligaron a suspenderla una semana. En ese momento decidí no ir más a trabajar, no solo porque me sentía con cierto grado de debilidad sino porque el estrés propio del trabajo no me ayudaría en nada con el tratamiento, demorándolo demasiado.
Luego de cada Sesión, a los 10 días debemos controlarnos con el oncólogo, quien nos hace una nueva receta con las drogas para la siguiente. Esa receta la llevamos a la farmacia, ésta la autoriza on line con la Obra Social, quien se encarga de conseguir los remedios en las Droguerías, las Drogas son enviadas finalmente a la Farmacia que nos avisa cuando llegan para retirarlas y el día de la sesión las llevamos a la institución. Al menos así es la historia con Iapos. Esto lo explique anteriormente, pero necesito insistir porque lo tenemos que hacer en cada ocasión.
Puedo decir que la 2da, 3era y cuarta sesión no tuvieron variantes, creo que lo más difícil de sobrellevar es el día antes de la QT que asumimos que debemos inexorablemente ir a conectarnos tres horas para recibir drogas que nos envenenan el cuerpo y vomitaremos durante cuatro días sin cesar.
En principio el oncólogo que me atiende, mencionó que debía someterme a 4 sesiones de QT y que luego haríamos estudios y definiría como seguir, siendo la radioterapia imposible de evitar.
Cada consulta con el Dr. Blajman implica aguardar 6 a 7 horas, por ejemplo un turno de las 20 hs. implicará que seremos atendidos a las 2 de la mañana aproximadamente. Vi en algunos casos a esa hora la sala de espera con 6 o 7 pacientes aún. Las discusiones en la sala son asombrosas, se detectan tres grupos de personas, uno constituido por los pacientes primerizos que no pueden entender tanta demora, el segundo grupo que defiende al Dr. de los ataques explicando que atiende en el Hospital a la mañana, en un Sanatorio de Santo Tomé a las siesta y que las demoras son provocadas por las personas que vienen sin tuuurnooooo, (palo para los que no cumplieron tal requisito y además se fastidian), y el tercer grupo, en el que me incluyo, los que tratan de no participar, por ejemplo leyendo un libro.
Lo cierto es que al cumplir las 4 sesiones de QT, fui al control con cierta felicidad, pero recibí la noticia que debería hacer 4 sesiones más, con nuevas drogas, previo estudio del corazón. Realmente me sentí pésimamente, demoré en procesar eso. Además el Dr. me informó que por dos meses aproximadamente él no estaría disponible, debía operarse del tobillo. Me insistió en que lo llame al celular para avisarle sobre los estudios, que estaría muy aburrido, pero me parecía descabellado molestar a alguien que estaría convaleciente, por lo tanto para los controles pedía turno con el oncólogo que estuviera con menos pacientes, así fue que conocí tres profesionales del instituto.

sábado, 10 de julio de 2010

Capítulo VI: Rumbo a la primera sesión de Quimioterapia.

Habiendo superado los tres meses desde la cirugía y sabiendo que lo ideal es iniciar la quimio como máximo a los 45 días de la misma. Yo la iniciaría 110 días después de la operación. Nadie podrá adjudicarme culpa de esto, porque no solo hice todos los esfuerzos por apresurar cada paso, sino que no existió un solo día en que no me ocupara de cada gestión, hablando por teléfono, yendo las veces que fuera necesario a cada lugar, inclusive molestando a personas para acelerar los trámites. Todo implicaba gastos de traslado, comunicaciones y tiempo de trabajo que luego debo devolver o tiempo personal de descanso o atención de mi familia.
Me indigna pensar en cuantas personas deben pasar por esto y que por carecer de recursos deben desistir, además sospecho que el stress que produce cada situación desagradable o conflictiva es más dañino que cualquier agente cancerígeno y lo que más me fastidia es que en cada paso hay personas con nombre y apellido responsables y culpables de desidia e indolencia y nadie castiga por hacer pésimamente su trabajo, ni tampoco les pesará en su conciencia porque para eso primero hay que contar con una.
Lograr conseguir las drogas necesarias para la quimio no fue tarea fácil. Nadie nos explica el mecanismo administrativo, lo aprendemos de tanto darnos la cabeza contra la pared.
La ficha que el médico confecciona para tratamientos prolongados se entrega en la farmacia, ésta la carga en un sistema de Iapos y es la obra social la encargada de la compra, la farmacia es un mero instrumento intermediador, ni siquiera tiene ganancias sobre esos productos, me relataron incluso que se les cobra el IVA y luego lapos se lo devuelve. Me cuesta creer este mecanismo, quizás obedece a un intercambio de favores que de alguna manera se paga, pero es una idea sin fundamento …
La compra de los productos demora 4 o 5 días, en mi caso pasaron 10 días y nada, hablaba por teléfono a la farmacia y me decían que hable a Iapos, al 0800, call center, para hacer el reclamo. MY GOOOOODDD!!!, traten de no usarlo, estoy convencida que buscan jóvenes con el más bajo coeficiente intelectual y les dan una serie de formulas para que lean recitando ante cada reclamo, me aseguraban que la farmacia compra los productos.
Finalmente recibo un llamado de la farmacia que tengo los remedios, me dirijo raudamente a buscarlos y noto que eran 6 frascos de dos drogas y las recetadas eran tres, les reclamo y me explican que ellos no saben nada, que hable a Iapos. Solo pensé más de la misma inoperancia…
Fui a la Obra social al sector de medicamentos y alguien que me pareció sabia un poco del tema me explica que Iapos los compra, la droguería los lleva a la farmacia, pero que el problema era que el Dr. pedía una droga de un laboratorio específico Doxo, que no había en existencia, estaban gestionando la Ciclofosfamida de otro Laboratorio. Esta droga viene en unos frascos tiene color rojo intensísimo y el prospecto señala que no deben ponerlo fuera de la vena porque provoca NECROSIS del tejido. WHOUUU!!!. Hay que hacerse de mucha valentía para dejar que te lo coloquen.
Como anécdota al consultar a la responsable de la QT, me dijo que no decía DOXO sino DOS frascos de la droga, que la letra del DR. es un poco confusa pero decía “dos”. A esta altura me parecía buena idea que hubieran reejecutado la obra del puente colgante, sería un buen lugar para arrojarme.
Finalmente me consiguen la droga y pido turno para la QT, de paso cuento que con la Clínica es imposible comunicarse por TE, si bien vivo a 10 Km., pierdo menos tiempo si voy personalmente.
Para mi alegría iniciaría la QT el 16 de octubre del mismo año en que fui operada, sentía ganas de festejar, pero a su vez temor por saber que me tenía que enfrentar a algo desconocido que provoca síntomas severos como descompostura de estómago, caída del cabello, inmunodepresión, etc…