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jueves, 15 de julio de 2010

Capítulo XI: Mis amigos

Durante todo el tiempo de mi proceso conté con la invalorable compañía de mi amigas, realmente nunca dejaron de apoyarme, levantarme los ánimos, me visitaban, organizaban reuniones, me hablaban por teléfono permanentemente, debo nombrar a Kiki, Grace, Susi, MariCarmen, Carmen, Marta, Liliana, Marta de Regatas, lo mismo mis cuñadas, Silvia, Chiqui, mis sobrinos, Marielo, Seba, Cristian, Leo, Valentina, compañeros de trabajo como Jorge, Miguel, Molle, Patricia, se acordaban de mí. El afecto de quienes nos rodean es importantísimo cuando hay que enfrentar situaciones difíciles.
MariCarmen fue a Cáritas para averiguar sobre unos medicamentos alternativos, del Dr. Crescenti, sabiendo que yo no tenía relaciones con la Iglesia, y que no me entusiasmaba lo alternativo, me insistió mucho, más que por convicción, para que su molestia no fuera en vano le dije que haría lo recomendado, debía ir a la iglesia cercana y lograr que el sacerdote me colocara en la lista de pacientes, luego viajaban a Buenos Aires y traían las drogas, inclusive Silvia habló con el presidente de Cáritas, Axel, para que me incluyera, pero debía hacerse vía la parroquia barrial . Mi hija fue a la Iglesia y le dejó una nota con mis datos al cura, al averiguar en Cáritas no había sido incluida, luego Liliana habló con algún cura amigo y como resultado recibí en mi casa la visita de un tal padre Diego, conversamos amenamente un buen rato, creo que presentía que yo no era muy devota, pero fue muy gentil en no indagar sobre eso, finalmente me trajeron los medicamentos, eran gotas con antioxidantes que había que tomar durante el proceso de quimio. Por supuesto las tomé sin estar convencida de que sirvieran para algo, pero valoré las molestias que se tomaron mis amigas.
La hermana de Susi, Elba, me mandaba unas gotas florales de Bach que también tomaba antes y después de la quimio, debo ser sincera y decir que me ofrecieron mil cosas más pero solamente tomé lo que menciono aquí. No llegué a comer gorgojos vivos por ejemplo, mi desesperación era menor a mi repulsión. Pienso que hay quienes pueden tener invertidas estas proporciones y se los comen. Quizás sea mal pensado de mi parte, pero tengo dudas sobre todo lo que veo que detrás tiene un negocio importante, me parece que hay quienes especulan con la buena fe de las personas y no me gusta para nada.

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